“Sarabande” es el segundo disco en solitario de Jon Lord
después de Windows (o el cuarto si contamos “Concerto for Group & Orchestra”
y “Gemini Suite”. Lanzado en 1976 como álbum de rock progresivo o fusión de
música clásica y rock, fue grabado en Alemania junto a la orquesta Philharmonia
Hungarica dirigida por Eberhard Schoener. Los miembros encargados del sonido
eléctrico eran:
Jon Lord – Teclados (Hammond, Piano, Clavecín,
Sintetizadores)
Paul Karass
– Bajo
Mark
Nauseef – Percusión
Andy
Summers – Guitarra
Pete York – Batería
El disco se compone de 8 pistas, siendo la primera y la
última la intro y la outro respectivamente:
1. Fantasia
2. Sarabande
3. Aria
4. Gigue
5. Bourée
6. Pavane
7. Caprice
8. Finale
En Fantasia, escuchamos una orquesta en pleno éxtasis.
Recuerda a las obras de Wagner con tanto plato y majestuosidad. En la parte
central destacan los instrumentos de viento como la flauta dulce y el fagot. En
la tercera parte, la composición se vuelve siniestra, dando paso de nuevo a los
artificios. Y la parte final, increíble. Una delicia.
Sarabande, magistral pieza, mi favorita de Lord…. Hay tanto
que decir que no sé por dónde empezar. Un piano smooth, una batería jazzy pero
sin artificios innecesarios, una guitarra llena de electricidad y vitalidad, un
bajo que envuelve la obra como en una burbuja, la orquesta impecable,
sintetizadores geniales… todo lo que diga es poco. Mejor que la escuchéis ustedes
mismos y digas lo que les pasa por la cabeza al hacerlo (la concentración en
una pieza de estas características es un requisito imprescindible):
Aria, pieza nostálgica y a veces con atmósfera inquietante.
Piano y flauta dulce al compás y acompañados por unos sutiles violines que
apenas se perciben.
Gigue, otro tema magistral. Una intro de piano que es una
obra maestra. El resto de la pieza es un continuo placer para los sentidos.
Unos punteos de guitarra fascinantes que dan paso a un Hammond dreamy. No hay
palabras. Después de un silencio, se inicia una parte donde escuchamos el
picoteo de un triángulo… de verdad que es una jodida maravilla. Y en la parte final
tenemos a Pete York con un solo de batería que se enlaza con la outro.
Bourée, tema arabesco, egipcio, típico de las tierras de El
Cairo. Aquí predominan las tomas de la batería y las congas de Mark Nauseef.
Entra el piano con el bajo y después una tenue guitarra… y ¡sorpresa! el
clavecín. Mejor que lo escuches.
Pavane, pieza clásica donde predomina la guitarra española.
En su parte central asistimos a una fusión de jazz elegante. Impresionante la
armonía de esta canción.
Caprice, la pieza más alegre del disco. El bajo es muy
funky, al igual que toda la canción. Me recuerda a cuando era chico y me pasaba
las horas jugando al Sonic 2 The Hedgehog.
Finale, recopilación fantasmal de todas las piezas del
disco: Fantasia, Sarabande, Aria, Gigue, Bourée, Pavane y Caprice. Y por
supuesto, un desenlace como merece un disco de tales proporciones.
Desde aquí nuestro humilde homenaje a este grande del
teclado que se fue dejando estas muestras de genialidad… Gracias Lord.
Basado en nota de https://burningdeeppurple.wordpress.com
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