Nick Cave cierra las persianas de las enormes ventanas de su
casa en Brighton, mientras su esposa camina desnuda frente a él y la luz que
logra filtrarse por las rendijas ilumina el piso. Esa es la imagen de la
portada del quinceavo álbum de Nick Cave and The Bad Seeds y el primero sin
Mick Harvey, miembro original quien dejó la banda en 2009.
La primera vez que escuché a esta banda fue con “(I’ll Love
You) Till The End Of The World”, una canción incuida en el soundtrack de la
película de 1991 que lleva el mismo
nombre, dirigida por Wim Wenders. La voz algo atormentada de Cave, contrastando
con la dulce y lenta balada, fue lo que más llamó mi atención en aquella
ocasión.
En Push The Sky Away Cave nos habla del caos del mundo en que vivimos al mismo tiempo que nos arrulla con melodías
tranquilas en las que utiliza mucho piano, poca guitarra y casi nada de
batería. Al escuchar el disco uno se encuentra con sensaciones de soledad,
vacío y decadencia, pero sin sentirse abrumado en ningún momento. Cave es como
un ángel oscuro que nos transporta a un mundo que tiene sabor a caminata bajo
la lluvia con audífonos puestos, que inspira a mirar a la gente e imaginar sus
historias, sus nombres, sus edades.
Cuando Cave tenía 19 años y todavía residía en Australia (su
lugar de nacimiento) su padre murió en un accidente automovilístico. Cave
recibió la triste noticia en el mismo momento en el que su madre estaba pagando
una fianza para sacarlo de la delegación por robo.“El perder a mi padre creó un
vacío en mi vida, un espacio en el que las palabras empezaron a flotar y a
fluir y a tener un propósito.”
La gravísima y oscura voz de Cave le da a las canciones una
intensidad siniestra. En “Jubilee Street” nos habla de Bee, una chica con
historia pero sin pasado; él tiene una relación extrañacon ella y al final se
encuentra solo en una habitación con las cortinas cerradas diciendo: “I’m
transforming, I’m vibrating, I’m glowing, I’m flying, look at me”.
Todos hemos tenido momentos en los que por instantes no
entendemos el sentido de nuestra existencia y sentimos que no encajamos en los
moldes que la sociedad ha creado para
hacernos sentir que pertenecemos, que no estamos solos, y nos es difícil
aceptar que es normal e incluso sano, sentirse solo de vez en cuando. La
soledad es la única manera en la podemos acercarnos a nosotros mismos,
explorarnos, preguntarnos, respondernos, aceptarnos. Cave conoce muy bien éste
concepto y lo explota frecuentemente en sus canciones.
Recientemente en una rueda de prensa, Cave mencionó que este
disco es el resultado de las anotaciones que hizo en un cuaderno durante el
transcurso de un año acerca de cosas raras que googleaba. “Higgs Boson Blues”
refleja precisamente el confuso trayecto que recorrió Cave al escribir este
material. Es una descripción de datos enredados sin lógica ni principio ni fin,
dejados a la interpretación.
Hay discos que nos inspiran a bailar, otros a enamorarnos,
otros a desquiciarnos, otros a sentarnos tranquilamente a escuchar cada acorde,
y lo hacemos con tantas ganas que hasta percibimos como respira el intérprete
entre cada estrofa. Esta es la clase de álbum que es Push The Sky Away. Es
mucho más profundo y tranquilo que su predecesor Dig, Lazarus, Dig!!! Es un
viaje dentro de la mente de Cave que nunca deja de imaginar situaciones,
momentos, olores, sabores, lugares. Un disco que contiene las mejores baladas
que ha hecho la banda hasta la fecha. Sublime.
Fuente http://www.indierocks.mx/
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