"La verdad, las chicas me gustan muchísimo", le confesó Mick Jagger a
Rolling Stone en 1978. "Y no creo que pudiera decir nada realmente
desagradable sobre ninguna." Y sin embargo, la eterna fascinación que
ejerce Some Girls es que Mick tiene una o dos palabras deliciosamente
malvadas para todo el mundo. Justo cuando los Stones parecían estar
marchitándose, volvieron a la vida con algunas de las canciones más
duras de su historia: la sordidez punk de "Shattered"; la conmovedora
canción de Richards, "Beast of Burden"; la desolación de trasnoche de
"Miss You", que se subió a la cima de los rankings. El resultado fue el
disco más gracioso, más trashero e injurioso de los Rolling Stones: un
clásico de todos los tiempos que sigue siendo su disco más vendido.
Entonces, ¿cómo mejorar un disco como éste? ¿Qué tal si
se lo hace durar el doble? Esta edición tiene doce tomas descartadas, la
mayoría de las cuales han sido atesoradas en ediciones piratas por
fanáticos de los Stones por años. Algunos de los bonus tracks están casi
tan buenos como los originales; ciertamente, tienen el espíritu de Some Girls, desde el descarado lamento de piano de "Petrol Blues" hasta el delicado cover de Nashville de Keith Richards, "We Had It All".
Es sabido que las sesiones de Some Girls fueron muy
productivas: en términos generales, los cinco Stones estuvieron
encerrados solos con el ingeniero Chris Kimsey en un estudio de París
grabando decenas de canciones. Algunos descartes terminaron en discos
posteriores; véase por ejemplo "Hang Fire" o "Black Limousine", que
volvieron a aparecer en Tattoo You, mientras que otros
permanecieron sin terminar hasta ahora. Las tomas descartadas están
remozadas con pistas adicionales de guitarra y nuevas voces de Mick.
Pero al igual que en la reedición de Exile on Main St. Del año
pasado, los retoques por lo general mejoran las versiones piratas: "No
Spare Parts", por ejemplo, es un soul vibrante que finalmente recibe las
voces de Mick que siempre había merecido.
El mejor hallazgo es "Do You Think I Really Care?", un
paseo countrificado por la vida nocturna de Nueva York, impulsado por la
guitarra pedal steel de Ronnie Wood y la batería de Charlie Watts. Mick
persigue un espejismo erótico por toda la ciudad, desde el Subte D
hasta Max's Kansas City. ¿Quién más que los Stones podrían ningunear una
canción tan buena? "Claudine" es una de sus canciones perdidas más
notorias, un rock estilo Chuck Berry que satiriza el escándalo Claudine
Longet/Spider Sabich. Sobre guitarras ásperas, Mick cuenta la historia
de una cantante de Las Vegas que mató a su novio, esquiador olímpico.
Podría ser el sueño húmedo de un abogado especialista en difamaciones
("Sangre en el chalet, sangre en la nieve/ se lavó las manos de todo el
show"), pero aun así funciona como una divertida sátira de la vulgaridad
de la fama en los Estados Unidos, algo que ya en ese momento, a fines
de la década del 70, los Stones conocían bien.
También se puede escuchar cómo Mick y Keith vuelven a
descubrir la química que los llevó a ser bautizados los "Glimmer Twins",
ya sea en un groove blusero como "When You're Gone" o en el rockabilly
"Tallahassee Lassie". (Y ésta es sólo una muestra de todos los tesoros
que aún quedan en los archivos: ¿Dónde carajo está "Fiji Jim"?). En esta
gloriosa reedición, se ve a los Rolling Stones con todas las pilas,
absorbiendo la energía punk y funk del aire, y se escucha a Mick
llevando la batuta de la música y tocando más guitarra que nunca. Es la
versión perfecta del disco que inventó a los Stones tal como los
conocemos desde entonces: duros, vitales, gloriosamente impenitentes.
Fuente: Rolling Stone Argentina, Enero 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario