El rock progresivo (en inglés progressive rock, prog rock o
prog) es un subgénero del rock aparecido al final de la década de los sesenta
y que floreció durante la primera mitad de la década siguiente. El adjetivo
progresivo alude tanto al carácter innovador que tuvo inicialmente el género
(concebido como un paso adelante en el progreso de la música rock) como a la
importancia que concede a la progresión armónica: Uno de sus
clichés más característicos es el paso gradual, de una sonoridad bucólica
(acústica, medievalizante, folk, modal, de tiempo lento) a otra urbana,con
tintes impresionistas (eléctrica, tensa, acelerada, con influencia del blues y
del jazz).
Las bandas de rock progresivo empujaron "las fronteras
técnicas y compositivas del rock", yendo más allá de la estructura de
canción basada en estrofa y estribillo. La Oxford Companion to Music afirma que
las bandas de rock progresivo "...exploraron estructuras musicales
extendidas que incluyeron intrincados patrones instrumentales y texturas, y a
menudo temas esotéricos." Además, los arreglos incorporan a menudo
elementos tomados de la música clásica, el jazz y la música del mundo. Abundan
las composiciones instrumentales, y las letras de las canciones se apartan de
la temática habitual del rock, incluyendo reflexiones filosóficas o referencias
a mundos fantásticos. Las bandas de rock progresivo realizaban a veces discos
conceptuales que desarrollaban un único concepto.
Las bandas de rock progresivo surgieron a partir del rock
psicodélico de los años 1960, como parte de una gran tendencia en la música
rock a inspirarse en influencias cada vez más diversas. El término se aplicó en
un primer momento a la música de bandas como King Crimson, Pink Floyd, Rush,
Yes, Genesis, Camel, Jethro Tull, Soft Machine y Emerson, Lake & Palmer.
El género alcanzó su máxima popularidad a mediados de los
años 1970.
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