Adele, la joven voz que arrasó en los Grammy
En una emotiva ceremonia por el homenaje a Whitney Houston, la cantante británica se llevó seis premios, incluyendo álbum y canción del año; acceda a la lista de los principales ganadores
Con una apuesta superior a la edición anterior, se celebró anoche en Los Angeles la entrega de los premios Grammy. Esta vez, la fiesta sorprendió con grandes conciertos en vivo de los artistas más reconocidos de la escena musical y con presencias estelares que mantuvieron a los invitados y a la audiencia televisiva cautivada durante tres horas y media.
La gran ganadora de la noche fue la británica Adele. Con seis premios, igualó a Beyoncé como la artista femenina más premiada en una misma ceremonia. Los honores incluyeron álbum, grabación y canción del año, así como mejor interpretación pop solista y mejor video musical corto por "Rolling in the deep". Su álbum "21'' también recibió el gramófono al mejor álbum pop vocal.
Adele salió triunfante de su primera actuación pública desde que una operación de las cuerdas vocales la obligó a cancelar una gira. A quienes se preguntaban si su voz seguía siendo la misma, respondió cantando "Rolling in the Deep" en un segmento que le mereció una ovación de pie.
Adele es una de las jóvenes compositoras británicas de más talento que hay a día de hoy en activo. Demostró su talento con creces en 19, su debut, que en 2008 cosechó críticas más que favorables y vendió más de un millón de copias, detalle nada desdeñable para una cantante que no busca copar las listas de éxitos a través de melodías facilonas o de una suscripción vacía e interesada a la tendencia del momento.
En este sentido, Adele no es que vaya contracorriente, es que ha creado su propio hilo conductor en el que prima la sensatez, la narratividad y la sencillez a la hora de contar sus historias, alejada del panorama más comercial actual pero no por ello desapercibida o imperceptible. La discreción con la que esta cantante lleva a cabo su carrera no es más que otro voto a su favor y un estímulo más para sumergirse en 21, su nuevo disco, y toda una pequeña joya a descubrir.
Soul, elegancia, talento
Decir brit soul posiblemente traiga a más de uno a la cabeza la figura de Duffy, pero mucho me temo que Adele le da sopas con onda en este aspecto. Si las comparaciones son posibles, aunque odiosas, en este caso la autora de 21 suena muchísimo más original, natural y carente de necesidad alguna que la empuje a crear un producto más que una historia.
Ella misma define su estilo como “heartbroken soul“, y razón no le falta. La tónica predominante a lo largo de todo el disco es la ruptura, el desengaño, las miradas nostálgicas a un tiempo pasado tan lejano que ya no se sabe si fue real o producto de una imaginación demasiado activa. Sin embargo, la mirada con la que afronta en 21 cada instante es mucho más madura, más prístina, que en 19.
Qué difícil me parece componer un disco en el que el tempo general tiende a lento y en el que las baladas son tan esenciales, tan minimalistas, que un piano y una buena voz hacen que cualquier otro añadido que pudieran haber incluido carezca de sentido por completo. La letra, magníficamente interpretada por Adele, cobra tal magnitud que es imposible retraerse a las imágenes que evoca y que nos llevan en un viaje por todo el disco con fluidez y con algunos altos sencillamente increíbles como este ‘Someone Like You‘, de cara al último tercio del álbum.
21, piano y voz, y todo lo demás sobra
Cuando tienes algo bueno que contar no necesitas adornarlo. Necesitas que se te escuche y no perderte por laberintos de arreglos, producción y edición que conviertan todo en un sucedáneo de lo que realmente querías decir. Adele tiene muy clara esta premisa en 21, y cada vez que necesita que se le escuche se acompaña simplemente de un piano, y en algún caso excepcional de una orquestación sencilla y en absoluto recargada o superpuesta a la base fundamental de la canción.
En un tracklist donde abundan, como hemos dicho, las baladas honestas, sencillas, destaca ‘Set Fire To The Rain‘, con una instrumentación más abundante pero que, por difícil que parezca, mantiene ese minimalismo, esa premisa de usar sólo lo inmediatamente necesario para dar color y complementar la voz de Adele. Y el resultado es genial.
Adele ha logrado algo que pocos consiguen, y es subir el listón tras un debut realmente bueno. Si 19 fue una apuesta interesante de una cantautora jovencísima llena de ideas y conceptos que sabía transmitir con sentido y sentimiento, 21 es la confirmación de que todo aquello no fue una afortunada coincidencia. Imposible no sentirse reflejado en alguna de esas historias.
Fuente: www.lanacion.com y http://www.hipersonica.com
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