miércoles, 1 de febrero de 2012

Novedades - Johnny Winter - Roots (2011)

El tornado tejano está de vuelta a los estudios y hemos tenido que esperar mucho desde que en 2.004 editara su último trabajo de estudio: “I’m a bluesman”. Por medio han habido ediciones de directos antiguos y multitud de conciertos que contrastan con su delicada situación física. Tras una larga gira mundial de más de un año, estrena contrato con Megaforce Records y fruto de esta colaboración, en noviembre salió su último trabajo: “Roots”. 11 versiones de clásicos del blues y del rhythm and blues (de cuando este estilo no se asociaba a Beyoncé o Rihanna), que en su mayoría Winter ya había grabado o tocado con anterioridad, pero que en esta ocasión adquieren más calidad si cabe.

Johnny Winter se ha rodeado de su banda habitual de los últimos años: Scott Spray al bajo, Vito Liuzzi a la batería y Paul Nelson a la guitarra rítmica. Además colaboran en algunos temas Mike DiMeo a los teclados y piano y Joe Meo a los vientos. Esto sería lo que conformaría la base, pero cada tema goza de un invitado de excepción, de amigos que sintonizan con el legado de Winter y que contribuyen a engrandecer un disco que pese a los previsible de su propuesta, acaba siendo magistral.

1.- T-Bone shuffle. El disco se inicia con este blues rapidito y vacilón. El invitado al tema es el guitarrista Sonny Landreth, quien demuestra una notable habilidad con el slide y una gran influencia de Ry Cooder. Winter por su parte agarra también el slide y nos brinda un solo marca de la casa.

2.-Further on up the road. Cambiamos de registro con un blues más tranquilo muy a lo Eric Clapton. Johnny Winter toca un solo inspirado y hermoso pero se le nota cierta falta de fluidez en la ejecución de algunas notas. El guitarrista Jimmy Vivino interviene también con un solo limpio relajado e igual de hermoso.


3.- Done somebody wrong. El mítico Warren Haynes de Allman Brothers Band acompaña a la banda en este tema. Otro blues muy vacilón con un magistral acompañamiento de piano y Hammond por parte de Mike DiMeo. Tanto Haynes como Winter intercambian largos solos de bottleneck a un nivel muy alto e incluso sorprende la fuerza que destila este último a la voz. Sin duda uno de las mejores canciones del disco.

4.- Got my mojo workin’. Otro clásico que nunca falta en los directos de nuestro protagonista. Es obligatorio destacar la labor rítmica de la banda de Winter, en un tema divertido pero engañoso en su dificultad real a la hora de ser interpretado. Johnny Winter interpreta con inusitada fuerza a la voz, y el solo de guitarra sorprende por la elevada distorsión empleada y la limpieza con la que es ejecutado. El invitado esta vez es el armonicista Frank Latorre quien se marca un buen solo además de hacer continuas intervenciones con su instrumento.

5.- Last night. Pasamos ahora a un blues lento. Una vez más, Paul Nelson está inmenso a la guitarra rítmica acústica y eléctrica. Entre las guitarras de Nelson, la armónica del invitado John Popper y una interesante cadencia rímtica, este blues acaba siendo impresionante. El solo de armónica de Popper empieza tranquilo, pero enseguida evoluciona de una manera tan virtuosa y shredder que por momentos parece que el invitado esté en una banda de heavy metal. ¡Impresionante!

6.- Maybellene. Aquí cambiamos de registro y pasamos a un vigoroso y alegre rock and roll con muchos tintes de country aportados por el legendario Vince Gill, quien con su Telecaster aporta una sonoridad diferente. A Winter se le ve agresivo en su solo con algunas pinceladas virtuosas que remiten a su pasado. Gill aporta el contrapunto con un solo breve, pero lleno de dobles notas, bendings imposibles y arpegios de indudable sabor country.


7.- Bright lights, big city. Un blues de libro, lento y lleno de tópicos, que sin embargo suena muy especial. Sin duda a ello contribuye el piano de DiMeo y el acompañamiento tanto a las voces como a la guitarra de Susan Tedeschi. Ésta, en su solo de guitarra aporta un sonido muy clásico y añejo, como si tuviéramos al mismísimo Albert King en nuestro reproductor de CD’s.

8.- Honky tonk. Rock and roll clásico con la incorporación del multinstrumentista y hermano de Johnny, Edgar Winter, quien se encarga del saxo. El tema es realmente sencillo en su vertiente rítmica pero la gracia está en que es el único instrumental del disco. Lo malo es que nos esperábamos ante la falta de voces un duelo entre ambos, y al final el tema acaba siendo en exceso simple.

9.- Dust my broom. Derek Trucks, miembro actual de los Allman Brothers Band y fundador de Soul Stew Revival junto a su esposa Susan Tedeschi, inicia la canción con un furioso solo de slide (que continuará a mitad de canción), muy deudor del estilo setentero del propio Winter. Éste por su parte, parece contagiarse de tanta caña, puesto que su manera de cantar y solear en muy potente. Pese a la nula originalidad del tema, es una de los más cañeros y disfrutables de todo el disco y ambos guitarristas protagonizan un incendiario duelo a lo largo de toda su duración.



10.- Short fat Fannie. Llegamos al penúltimo tema con un boogie rock chulesco de lo más animado. El invitado en esta ocasión es el propio Paul Nelson, quien aparece acreditado como tal y que se encarga del segundo solo. Solo con el que demuestra ser uno de los talentos jóvenes del blues más interesantes surgidos en los últimos tiempos.

11.- Come back baby. Y el disco acaba con este blues lento y elegante, lleno de matices de soul y jazz, gracias al saxo de Joe Meo, la trompeta de Don Harris, el piano de Mike DiMeo y el órgano del último invitado: John Medeski. Todos los músicos arropan a Johnny Winter hasta dotar al tema de una elegancia y una clase digna de una obra maestra.
 
Esto ha sido la crítica en cuanto a las canciones. En cuanto a sonido, el disco suena tremendo, clásico y potente a la vez.  El mismo Paul Nelson se ha encargado de la producción, y junto a la grabación y mezcla de Brendan Muldowney y la masterización de Greg Calbi ha conseguido que no suene añejo y rancio, sino potente y cálido con ganas, trayendo a nuestro tiempo la esencia de Winter. Tal y como mencionamos en la crítica del concierto en Terrassa, Johnny Winter ha ido sufriendo un notable deterioro que impide disfrutar de sus conciertos (eso si tienes en mente todavía la imagen del Winter shredder), pero en disco es otra cosa. Con la posibilidad de edición que hay hoy en día en los estudios, y teniendo en cuenta sus capacidades actuales, el disco suena sorprendentemente bien tanto en el apartado guitarrístico como el vocal. No digo que haya trampas y “copy/pastes”, ya que Johnny Winter es de la vieja escuela, o sea, de grabar los solos del tirón, pero sí que ha tenido todo el tiempo del mundo para grabar las mejores tomas. Y el resultado, por técnica, calidad y feeling ha sido maravilloso.

Mención aparte está el nivel e implicación de los colaboradores, como habéis podido leer en el análisis de las canciones, que han contribuido a dotar de una nueva sonoridad a estos clásicos. La única nota negativa del álbum sería su espartana presentación: formato semi-slim de cartón, sin libreto ni letras de canciones. Tan sólo los créditos en la contraportada.

Quizás Johnny Winter en directo no de la talla, o no pueda compararse al Winter de “Guitar slinger”, pero sin duda que en estudio todavía puede dar muchas lecciones de clase y buen hacer.

Johnny Winter ha vuelto… ¡y de qué manera!

Fuente: guitarexperienceradioshow.com

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